Samuel Mesinas
Escondido entre las laberínticas calles de la colonia Doctores, zona sur, el Taller de Experimentación Gráfica, TEG, es un espacio en la capital mexicana, abierta a todas las tendencias gráficas contemporáneas. Es un taller diferente de los espacios tradicionales en donde se hace, por ejemplo, serigrafía o aguas tintas, ya que en el TEG la tecnología juega un papel importante.
Lasergrafía es el nombre que acuñó el artista visual Luis Ricaurte, un colombiano nacionalizado mexicano quien desde su llegada a México no ha dejado de ser un incansable promotor cultural, para designar esta técnica desarrollada mediante la ayuda de las herramientas digitales actuales, con el que logró poder imprimir sobre casi cualquier superficie.
Lo mismo madera, vidrio, metal, Ricaurte logra trasladar diversos boceto a estas texturas, mediante la ayuda de una impresora Láser Pro, la cual trabaja a base de carbono y oxígeno.
En esta ocasión el TEG presenta “Nacionalidad restringida”, muestra internacional que agrupa por primera vez a 32 artistas colombianos, quienes presentan 3o gráficas, un video instalación y un performance hoy, a las 12 horas, en Cerrada de Dr. Vélez No. 20, esq. con. Dr. Norma, Colonia Doctores, cerca del Metro Lázaro Cárdenas. Santiago Rebolledo, Luis Ricaurte, Luis Caballero, Ana Mercedes Hoyos, Alejandro Obregón, Edgar Negret. Antonio Roda, Tatiana Montoya, Pedro Alcántara, Santiago Cárdenas, David Manzur y Antonio Caro, son algunos de los artistas inmersos en la gráfica contemporánea y sus nuevos procesos de impresión, los cuales van desde el tradicional grabado, foto-vidrio-grabado, fotografía bordada, hasta el stencil y la innovadora técnica Lasergrafía de Luis Ricaurte.
La videoinstalación “Soy Colombiano“, del videoasta Carlos Smith, realizador de animación e investigador radicado en España, habla sobre la sentimiento de exilio que se experimenta viviendo en Colombia, es una declaración a distancia, en tanto que el material se realizó en España, lugar donde reside. Mientras el performance “Burocracia de la Arepa”, de las colombianas Viviana Díaz y Margarita Posada, utilizan la comida como símbolo que define al migrante y ofrece la posibilidad de un intercambio cultural; en el caso de Colombia la Are-pa es un alimento típico equivalente a la tortilla en México.
El TEG nace de la vocación social de Ricaurte por ampliar el campo de experimentación gráfica mediante la tecnología, ya que estudió Ciencias de las Artes y fue alumno de una de las figuras del Land Art, Richard Long.
Sus objetivos, proyectos y formas de hacerse de recursos económicos, están planteados bajo el esquema de una Asociación Civil, AC, que busca recaudar fondos de fundaciones o patronatos que quieran apoyar un proyecto de brazos abiertos a los jóvenes creadores.
El proyecto surgió hace dos años de la imaginería de Ricaurte y se ha desarrollado en un edificio de la colonia Doctores, el cual ha sido adaptado de acuerdo a las necesidades que implica una propuesta semejante, donde el artista colocó dos tórculos de gran formato (aparatos para el grabado tradicional), maquinaria para trabajar grabado en metal y madera, así como el equipo necesario para la realización de video y gráfica digital. “El financiamiento lo hago mediante mi trabajo de artista, así que busco la manera de encontrar donativos y, el dinero, por lo pronto, sale de la venta de mi obra pero ahora ya somos una AC y esperamos hacernos pronto de recursos”, acota Ricaurte desde Cali, donde se encuentra como invitado a una muestra en aquella ciudad colombiana, en la que también participan mexicanos, como la artista Mónica Espinosa.
Y sobre los motivos que le llevaron a crear TEG, detalla: “La inquietud surge a partir de la intención de experimentar y darle un nuevo aire a la gráfica, así como tratar de generar, a lo establecido, otra dinámica, y abordar la tecnología que se ha desarrollado para todo menos para el arte”.
“Pienso que la diferencia con los otros talleres es que abordamos la línea gráfica en todos los sentidos, desde las técnicas clásicas hasta la impresión digital a través de inyección láser, termo impresiones, litolasergrafía, entre otras”, acota. En el TEG, se lleva a cabo un par de modificaciones a su inmueble con la clara intención de convertirse en un efervescente centro cultural.
“Ahora estamos construyendo el área de dormitorios para cuatro residentes, con la finalidad de que los visitantes se ahorren el hospedaje y se sientan como en casa estudiando y desarrollando su proyecto sin que le sea costoso, ya que se hace uso del equipo y materiales proporcionados por el taller”, detalla el colombiano acerca de su intercambio y residencias de artistas que piensa iniciar el próximo mes.
“Estos proyectos están dirigidos no sólo a posibilitar un espacio equipado para la experimentación, sino a la reflexión sobre el arte y sus discursos, desde una perspectiva social, y sobre todo que se sale de las relaciones de poder y las clasificaciones del tal llamado gran arte”, concluye.